martes, 27 de octubre de 2015

La Calle del Terror: Una vieja zona de delincuencia en Bogotá.

En Bogotá como en  toda ciudad cosmopolita tiene su zona de alto impacto o zona de gran actividad delincuencial que afecta sustancialmente a la gran población que se moviliza por dicha zona ubicada en el centro de la ciudad y  curiosamente esta a dos cuadras de la sede metropolitana de Policía de Bogotá y de la SIJIN (Policía Judicial), a seis cuadras de la Casa Presidencial, a pocas cuadras del Congreso de la República y del Palacio de Justicia y curiosamente en medio de dicha zona hay un batallón del Ejército Nacional, esta zona se le han tenido varios nombres a través del tiempo, entre ellos está la “calle del cartucho”, “el Bronx”, “cinco huecos”, “la ele”, entre otras; Durante muchos años es bien conocido que allí es un foco de consumidores de sustancias Psicoactivas (SPA), Micro -trafico, Trabajo Sexual, Habitantes de la calle, atracadores, cosquilleros, asesinos y en fin todo tipo de seres que están conectados con la delincuencia a muchas escalas como los llamados reducidores (reciben lo robado) y muchos mas. Algo para resaltar es que es una zona de alto trafico de personas y de comercio de la ciudad y diariamente se encuentran miles de ciudadanos por la zona.

En el día de hoy capturaron una banda organizada de atracadores y al parecer van a judicializar  a la bandola (detuvieron a 13 integrantes) y de acuerdo a lo visto se está haciendo un esfuerzo por parte de las autoridades para acabar con este flagelo.

Haciendo remembranza de la zona, desde que tengo memoria existe en la misma zona, inclusive yo dure 8 meses en esa zona cuando prestaba servicio militar en el Batallón Guardia Presidencial por allá en los años ochenta recuerdo que hacíamos redadas o patrullajes y deteníamos a muchos delincuentes y los entregábamos a la policía; en ese entonces los tenían 72 horas al menos y eran judicializados de forma muy condescendiente por parte de jueces, ya que siempre se les ha tenido consideración por su condición de adictos.

En la “Calle del Terror” nadie se salva, transeúntes, conductores y en fin todo el que pasa por allí y definitivamente es un bastión de la delincuencia intocable a través del tempo; viendo el panorama de la zona se observa la problemática tan grande que se encuentra en esta zona.

Con ánimo de analizar el asunto bajo el punto de vista criminal, quiero hacer una reflexión al respecto, empezando haciendo un perfil de las personas que permanecen en la zona.

En primer lugar existen básicamente dos tipos de población en esa zona: los adictos y los delincuentes; digamos que no están diferenciados como tal pero que en la zona se podrían diferenciar como consumidores y distribuidores de sustancias, sin embargo, se presenta un complejo grupo de personajes que actúan ilegalmente.

En segundo lugar encontramos que realmente se encuentra toda una red de Bandas y organizaciones criminales que mueve mucho dinero derivado de las sustancias ilegales y de la actividad del hurto y especialmente receptación y que son grupos cerrados que tienen como objetivo la delincuencia ya que la mayoría de ellos presentan numerosas entradas a la cárcel por diferentes motivos que van desde el hurto hasta el homicidio, como quien dice son delincuentes de carrera; lo curioso del asunto y que es frecuente en Bogotá, existen bandas que son integradas por familias enteras que incluyen hasta las abuelas como los nietos o mujeres embarazadas; el perfil de estos integrantes es que son criminales de carrera y que difícilmente cambiarían su conducta delictiva.

¿Porque persiste este sector y por ende esa conducta criminal en Bogotá?, pues existen muchas razones, entre ellas está el consumo de sustancias que obliga de alguna u otra forma a conseguir las sustancias por cualquier medio y mantiene así mismo, a los distribuidores de Sustancias; otra de las razones es que la delincuencia es un negocio de gran magnitud y por ende esta reforzado por las ganancias fáciles dentro del ambiente; Así mismo encontramos que las autoridades no han podido judicializar de forma seria a los delincuentes y siempre le hacen el quite legal a los castigos que se merecen, usualmente son perseguidos por delitos menores que no justifican su encarcelamiento; Sin embargo, veo que definitivamente la razón más importante del mantenimiento de esta zona es derivado de los últimos 12 años de gobiernos de los alcaldes de izquierda que han mantenido a esa población en términos de subsidios, comida, drogas, atención en salud y tratándolos como supuestos adictos sin que se asuma la problemática criminal de sus conductas y no existe un programa integral que modifique la conducta de consumo, ni de su conducta criminal.

Es preocupante la situación ya que esa zona tiene fácilmente 50 años y el nuevo alcalde Enrique Peñalosa hace unos 12 años había terminado con dicha zona, pero a la llegada de los alcaldes de izquierda se volvió a perder absolutamente todo aduciendo que estas personas si no querían no se les podía hacer nada con sus problemáticas.  

¿Que facilita el mantenimiento de esas conductas?, pues sencillo de responder, la conducta actual se refuerza ya que la delincuencia es una ganancia permanente; no hay castigos por su conducta criminal y fuera de ello se les brinda el cubrimiento de sus necesidades básicas sin que tengan que realizar ningún esfuerzo; esto es típico de autoridades con tendencia de izquierda (llámese socialismo) que están convencidos que a los miserables seres que son pobres hay que darles todo sin ninguna retribución, ni siquiera como ciudadanos.  

El problema de la zona es que todo el mundo pide a gritos que la acaben  por sus niveles de delincuencia e inseguridad, pero que cuando se va a hacer salen muchos diciendo que esas personas tienen el derecho a ser así y que el “estado” debe mantenerlos y que solo son adictos que han llegado a esa situación por culpa del mismo “estado”. No se encuentra un programa serio de intervención integral en la zona y creo que es hora de acabar con dicha situación. “Amanecerá y veremos” dijo el ciego.

Artículo escrito por:
Ricardo Alberto Suarez Castro
Psicólogo, Perito Forense e Investigador Criminal
Bogotá, Colombia
    

  



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