miércoles, 4 de octubre de 2023

Violencia Indígena. Una Reflexión. Ricardo Alberto Suarez Castro. Ciudadano preocupado por la violencia en Colombia.

En días pasados el gobierno Nacional en cabeza del presidente convoco a los indígenas del Cauca a una marcha en Bogotá para lanzar sus reformas, lo cual considero personalmente como un proselitismo político y una demagogia barata, pero no me voy a referir a ello, si no a un hecho de violencia realizado por los indígenas a un medio de comunicación.

Las marchas indígenas en general se han caracterizado por muestras de poder que se traducen en Violencia, sabemos que hacen bloqueos de vías, cierres de carreteras, enfrentamiento con las autoridades, secuestran soldados y policías, asonadas, uso de la fuerza contra propiedad privada, en fin, una serie de conductas violentas que es necesario analizar a la luz de la crítica social.

Es evidente la utilización del gobierno de los grupos indígenas que vienen a Bogotá en grandes buses característicos, donde, además de poner en riesgo a los pasajeros colgados de los mismos, infringen todas las normas de tránsito, causan caos por donde van, creando zozobra ante la población en general.

Se ha discutido mucho sobre el derecho a la protesta, el cual está establecido en el articulo 37 de la Constitución Nacional, sin embargo, dicho artículo dice específicamente que: “toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse publica y pacíficamente. Solo la ley podrá establecer de manera expresa los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho”. Como vemos, ese derecho dice claramente que se debe expresar de forma pacífica y, además, tiene límites legales que se deben contemplar.

El gobierno claramente usa la fuerza violenta para imponer sus causas políticas, así como lo hizo con las movilizaciones sociales usando militantes llamados de la “primera línea” y delincuentes reconocidos, también uso a los indígenas, que incluso se tomaron el Parque Nacional en Bogotá y además algunas zonas de la ciudad y en una de ellas en un incidente vehicular donde murió una indígena, se tomaron la ley por sus manos y asesinaron a golpes al conductor de un camión; todo esto propiciado por los indígenas traídos a Bogotá, que además, salen a las calles como mendigos con sus hijos para pedir dinero a los ciudadanos.

No entiendo esta posición de ellos, y menos del Estado Colombiano, ya que según las leyes, ellos tienen sus propios territorios, sus propias leyes (que de por si son arcaicas) sus escaños en el gobierno, se les subsidia todo y viven a costa de los colombianos y ahora de cultivos ilícitos y narcotráfico, sin embargo, protestan violentamente, asumiendo una lucha política que solo es de ellos y su partido político y no una protesta pacifica por unos derechos vulnerados.

Pasando al tema de la Violencia, no entendería la razón del porque atacaron al medio de comunicación, asaltando la sede de forma violenta, demostrando la “fuerza” de poder que supuestamente tienen, tampoco entiendo como las autoridades no se pronunciaron al respecto, no hubo detenciones, no hubo procedimientos de captura en flagrancia, o sea que, al parecer, no pasó nada.

Voy a realizar una comparación y es la siguiente, ¿porque son los de esa zona los que siempre son violentos?, yo no he visto arahuacos que se comporten de forma violenta, son pacíficos y no molestan a nadie, mi respuesta es que en su territorio anida la ilegalidad, la corrupción, el ansia de poder, que hace que quieran imponer todo a través de la violencia y ahora quieren venir a Bogotá a realizar mismo, es preocupante de verdad esa situación.

Para reflexionar un poco sobre el tema, estamos en una situación de Violencia que se salió de las manos del gobierno, no hay voluntad de Paz de los indígenas, de los guerrilleros, de los terroristas, de los delincuentes, como dice un amigo “uy hermano, estamos en la inmunda”, yo no creo que haya paz en el país por mucho tiempo y no es un problema de pobreza, de educación, falta de oportunidades, etc., es simplemente por la lucha del poder económico y político, asi de sencillo.

Para reflexionar …

 

Artículo escrito por:

Ricardo Alberto Suarez Castro

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