En días pasados me propuso un abogado amigo que le colaborara en un caso de un presunto abuso sexual en una menor de 10 años por parte de su padrastro, me dijo que era un caso sui generis, pero acepte el reto.
Yo estaba en una audiencia fuera de Bogota, pero contactamos al acusado, vive en el campo, y se le hizo una entrevista, lo mismo, que a una persona que lo conoce hace 30 años; la entrevista era para recopilar información sobre los presuntos hechos y de pasada hacerle un perfil psicológico, por si se encontraban conductas de Pedófilo o de Agresor Sexual.
Cuando llegué a Bogota, y al recibir el expediente por correo electrónico (316 páginas) me puse a la tarea de analizar el material y empezaron mis sorpresas ante la burocracia de la fiscalía y las instituciones para hacer la investigación de un delito como el abuso sexual en menores.
En síntesis, todo empezó en el año 2011 con …”Mi padrastro me dio un beso en la mejilla y me dijo que nos acostáramos”, el investigador de la SIJIN le realizo una entrevista forense y reporto que eso era lo único que dijo la menor; luego fue entrevistada por la Psicóloga de la Comisaria de Familia, la Psicóloga y Trabajadora Social del ICBF, fue valorada por la Medica de la EPS para determinar su estado físico, nutricional y “psicológico”, se le hizo unas visitas domiciliarias por parte del ICBF, Se le evaluó por Psicología Clínica.
Bueno, pero empecemos por el principio, ¿dar un beso en la mejilla y decir que se acostaran, es un abuso sexual? … Pues no veo lo erótico en el asunto, pero que podemos hacer, la Fiscalía le imputo los cargos de acto sexual abusivo agravado y en concurso homogéneo.
A partir de ese momento se solicito la valoración forense de la menor, pero no se pudo hacer las valoraciones por psicólogos o médicos sin conocimiento o manejo forense (claro, la corte dice que eso no importa), al fin del tiempo se logro que se le hiciera la valoración forense (la justicia cojea, pero llega… jeje) y se le hizo una valoración donde se solicitaba por parte de la Fiscalía, “si la menor tenía un trastorno mental debido al suceso y si su relato era coherente …” y de acuerdo a la Psicóloga con magister de Medicina Legal la evaluada tenía “síntomas de ansiedad, y alteraciones en su conducta sexual derivadas del insuceso”.
Hasta ahí, todo parece normal, sin embargo, no lo es, pues resulta que la valoración se realizó … ¡en el año 2021!, o sea 10 años después del beso de la mejilla y de unas entrevistas y valoraciones psicológicas sin sentido que arrojaron diferentes resultados.
Voy a analizar el asunto paso por paso pero conciso, al iniciar dijo la menor “que era un beso”, después, que la “intentaba desvestir”, luego que “le tocaba los senos”, que “fue varias veces”, en fin, hubo una escalada de “eventos” que se incluyeron que alargo el asunto.
Para sintetizar sacare algunos puntos clave:
- · El
señor se separó de la mama de la menor al realizarse la denuncia; Hasta la
fecha no ha tenido contacto con la menor.
- · En
una de las valoraciones Psicológicas se le diagnostico Trastorno Disocial
caracterizado con conductas conflictivas de relación social, familiar y con la
escuela y conductas repetitivas de MENTIR y Robar.
- · A
la supuesta víctima, NUNCA se le valoró como menor, sino con un protocolo de
adultos abusados sexualmente, cuando tenía 21 años.
- · Nunca
se le evaluó la Credibilidad del testimonio para determinar, al menos
coherencia.
- · Siempre
se le trato como victima sin determinar si era víctima de Abuso.
Ante este panorama, no sabría como la Fiscalía va a enfrentar el Juicio, ya que sus posibles “peritos” nunca evaluaron a la menor en términos del presunto abuso sexual, sino en términos clínicos y determinaron a la final que era una “mentirosa patológica”.
Solo para reflexionar, 10 años de burocracia, solicitudes de valoración fallidas, conceptos psicológicos poco claros, una menor sin asistencia Psicológica por el Estado, en fin, una victima que no es, pero que tiene a un acusado enfrentando un proceso que lo puede llevar a la cárcel, si el juez le cree a la niña con trastorno disocial y conductas de mentir, diagnosticada por los mismos funcionarios del estado. Seguramente le va a meter argumentos del principio pro infans, o enfoque de género, o incapacidad de resistir por su trastorno disocial, en fin, se inventará algo para condenar al acusado.
En esta reflexión me baso solamente en la evidencia existente en dicho caso y es mi opinión.
Para reflexionar …
Perito Forense
investigacionescriminales@yahoo.com
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