Hace unos días llegue
de la Republica del Ecuador, donde estaba citado en un Tribunal de Justicia como experto en casos de Abuso Sexual: Aunque
existe el Sistema Penal Acusatorio en dicho País es un poco diferente la metodología
de las audiencias de juicio oral, ya que el perito o testigo esta al frente de
tres jueces y no de uno y alla las pruebas pueden ser llevadas inclusive el dia
del juicio oral e integrarlas previa presentación de las mismas. El caso que me
ocupo tiene una connotación interesante ya que involucra a un medico forense
que supuestamente “violo” a una menor en una valoración de un presunto abuso
sexual.
En términos generales,
yo conocía el caso – iba como perito experto del mismo- pero al llegar allí me
entere de la situación en si, la que resumiré en breves palabras a saber: La menor fue
remitida para un examen forense sobre abuso sexual y fue acompañada por su
madre, con la cual estuvo en el procedimiento, se realizo el mismo, salieron
normalmente y a los días- al parecer 20 días- la menor de 15 años “reporto” que
el medico forense le “había metido los dedos” y que la había violado. La fiscalía
detuvo a dicho forense – Medico de la misma Fiscalía – y se inicio el proceso
penal en su contra por violación - así,
se llama la tipificación del delito-.
Se realizaron
valoraciones por parte de la Fiscalía, entre ellas una Valoración Psicológica
por parte de una Psicóloga de la misma Fiscalía que se aporto al proceso.
Me referiré al ámbito Psicológico
de la valoración y las técnicas utilizadas para el mismo con el objeto de
analizar y reflexionar sobre el caso. De acuerdo a lo conocido dicha
profesional hizo una entrevista, o mejor dos entrevistas para la valoración psicológica
a la menor – ese era el objetivo- y por lógica se debería haber realizado un
examen clínico completo sobre su estabilidad o situación psicológica. Bajo ese
supuesto se debería haber dado un reporte sobre si padecía algún trastorno o alteración
en su conducta derivado del presunto abuso sexual; sin embargo, en tan poco
periodo de tiempo, se aplicaron unas baterías o test denominados CEP, STAJC,
CDI, PBLL, Test de la Familia y nada menos que el CBCA!!!! (Técnica de análisis
de Credibilidad del testimonio), todo ello en dos entrevistas con la menor, se
me olvidaba, también hizo un examen mental completo de la menor.
Lo interesante del
asunto es que no aparecen los resultados de los test, del CBCA, o de un
diagnostico clínico o forense sobre su condición emocional clara, pero si se
tiene una conclusión sobre que el testimonio es coherente y creíble…. ¿¿¿¿¿?????,
bueno con esto me voy directo a mi reflexión que me caracteriza.
Viéndolo en forma
general el caso, me pregunto ¿el auscultar los genitales de una menor por parte
de un medico forense en una valoración forense, es una violación sexual?... No responderé
dicho interrogante ya que por lógica se sabe la respuesta……… Bueno, me remitiré
entonces a la “valoración Psicológica” realizada por dicha profesional y es que
en dos sesiones aplico varios test y aplico la técnica de análisis del
testimonio, me pregunto ¿es posible realizar todas esas mediciones en tan corto
tiempo y dar un concepto de credibilidad sin analizar los 19 criterios de validación
del testimonio?.... Mi respuesta es definitivamente NO, es imposible hacer
dicha valoración de esa forma, veo que la profesional en su afán de “corroborar”
el testimonio aplico tests al azar y trato de usar el CBCA como punta de lanza
para su dictamen. Como podemos ver no se evaluo en ningún momento el Abuso
Sexual por parte de la profesional y si se aplicaron baterías para medir
ansiedad, psicotisismo (así dice la prueba), depresión y en general, tampoco
hubo un diagnostico de ninguna de los anteriores trastornos.
Mi reflexión esta dada
en que los forenses tienen sus protocolos y procedimientos que en algunas
ocasiones pueden ser invasivos y que la intención en la valoración no es de
contenido SEXUAL sino forense; para que sea una conducta de abuso tiene otras características
que incluye conducta erótica, ser un agresor sexual o en caso de menores ser un
pedófilo o asaltante sexual, considero que estamos perdiendo el norte al
aplicar pruebas o técnicas que nada miden y crean una situación de confusión tanto
a los jueces como a la comunidad en general – quiero decir que en la puerta del
tribunal había “defensoras” de la menor y tachaban de “violador” al medico,
aduciendo que el procedimiento no era una pericia sino una violación-, me
parece preocupante esta situación ya que estos conceptos de profesionales de la
Psicología generan malestar no solo a nivel científico, sino en los operadores
de la justicia.
Esta experiencia la
uno a los casos que he trabajado en Colombia que tienen similitud en su
procedimiento y reitero mi preocupación en que profesionales utilicen las técnicas
sin ninguna prudencia y de forma técnica y coherente con cada situación, señalando a otros profesionales de conductas que no son reales y que hacen que los condenen a prision siendo inocentes.
Artículo escrito por:
Ricardo Alberto Suarez
Castro
Psicólogo, Perito
Forense e Investigador Criminal.
Bogotá, Colombia.
Este articulo esta
escrito con base en información verdadera que es conocida públicamente del
caso; se omiten nombres y locación del caso por razones de respeto a los
involucrados en el mismo; este articulo tiene fines académicos y didácticos y
son parte de artículos publicados en el presente blog con estos fines. Este
articulo es escrito utilizando la liberta de expresión u opinión consagrada en
la Constitución Nacional.